Los ficheros de video, audio, imagen o lectura son complementarios a los análisis educativos de esta revista y estarán disponibles para visualizar o descargar durante los siete días siguientes al día de la proyección para facilitar el acceso a aquellos que estén interesados.
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Nacido en el seno de una familia respetada y estudiante sobresaliente de un instituto Jesuita, Luis Buñuel (1900-1983) conocía muy bien lo que una sonrisa piadosa y las buenas formas podían llegar a ocultar. Le fascinaba tanto este aspecto contradictorio del ser humano que en muchas de sus películas logró exponer el paripé moralista de la alta sociedad y la iglesia de forma cruda y brillante. El mejor ejemplo de ello puede que sea “El ángel exterminador” (1962), película del director turolense que el pasado 16 de mayo cumplía cincuenta y seis años. A través de este largometraje, Buñuel no sólo se ríe de nuestros intentos ridículos por aparentar ser lo que no somos, sino que también nos demuestra por medio del absurdo que la humanidad padece de “una epidemia que se extiende hasta el infinito”. Escrito por Dani Sazo desde Sevilla