Escrito por Julio Martínez en Madrid el 22 de Enero de 2020 ·.·★ La lectura de estas 872 palabras podría tomar 4 minutos
La experiencia de Carlton Pearson
No quiero ni pensar en lo terrible que sería soltarse de la mano que nos sostiene con seguridad, abandonar toda certeza de la fe. Recorrer el tortuoso sendero del escepticismo, con sus desfiladeros, barrancos y trampas mortales. ¿Qué clase de consuelo hay en la duda?, ¿qué clase de ′liberación′ se encuentra en la oscuridad?
Mientras el obispo Pearson miraba en televisión el genocidio de Ruanda, creyó oír la voz de Dios negando que los incrédulos vayan al Infierno. Pearson llamó a su doctrina ′el evangelio de la inclusión, que enseña la idea de que Jesús salvó a todas las personas, sin importar su religión (o ausencia de ella). La película muestra cómo aquel sermón anunciando el inclusivismo desató un éxodo progresivo de fieles. A partir de ahí la película victimiza al obispo, quien es abandonado por casi todo su equipo de liderazgo, termina subastando el órgano y los bancos del Templo, pero permanece fiel a esa voz de Dios.
Uno de los que permanecen a su lado, Reggie, director de música, que lleva tiempo viviendo alejado del estilo de vida homosexual, tras escuchar el mensaje inclusivista del obispo vuelve a practicar la homosexualidad. Cuando Pearson le reconviene pidiéndole que deje de pecar, que ese no es el mensaje, Reggie le responde: ′¿entonces cuál es el mensaje, obispo?′.
El evangelio de la inclusión
¿Cual es el mensaje?, ¿cual es la certeza?, ¿cómo debo vivir y cómo sé que Dios me ha aceptado?, Pearson entra en una deriva en la que realmente no sabe qué hacer con su ministerio, los feligreses abandonan los servicios dominicales, y los ministros afroamericanos lo condenan cruelmente en un tipo de juicio sumarísimo. Su esposa se encuentra con una antiguo miembro de su congregación quien la toma de la mano y ora para que Satanás deje de confundirla. Soledad, confusión, rechazo. Parece ser que sólo encuentra el camino en una iglesia minoritaria liderada por la pastora de una comunidad LGTB donde es bien recibido y por fin vuelve a predicar un poderoso mensaje en el que el amor de Dios alcanza a todos por igual.
¿Cómo entender el amor de Dios y sus justas demandas?, ¿cómo entender la cruz sin el arrepentimiento?. Creo que pocos libros me han cautivado tanto como ′La difícil doctrina del amor de Dios′ de Donald Carson y publicado por Andamio, quien toma una doctrina en apariencia sencilla como es la del amor de Dios y la presenta en los matices que la Palabra de Dios da. Dios ama al no creyente, ama a los que por la fe le han abrazado y han sido reconciliados, pero ¿los ama de la misma manera?.
Al final la historia del obispo Pearson es la historia de alguien que dejó la autoridad de las Escrituras y se constituyó a sí mismo vocero de Dios. La de alguien que vive dando charlas sobre desarrollo personal y espiritual, ofreciendo un mensaje que agrada a muchos, pero que no se diferencia de lo que podemos escuchar a cualquier político, cineasta, o tertuliano. Un mensaje por el que no vale la pena morir, ni vivir.
El evangelio de Jesucristo
Por el contrario el evangelio de Jesucristo sostiene las vidas de incontables creyentes, muchos de los cuales no disfrutan de la atención de los platós de TV ni de la abundancia de Occidente. El evangelio de Jesucristo es mucho más que la simplificación infantil (perdón niños) del verdadero evangelio. Este nos presenta el abismo de la miseria humana, al que ninguno deseamos mirar, la terrible justicia de Dios, manifestada en su juicios, pero sobre todo manifestada en la cruz, donde fue descargada la justa ira de Dios, sobre un inocente, Jesucristo, Dios hecho hombre para que los perdidos fuéramos perdonados.
El evangelio llega a los oídos de los rebeldes y cambia nuestra certera condena por el gozoso perdón, un perdón inmenso, total, perfecto, que se sustenta no en una universalidad neblinosa, sino en el juicio del Gólgota. ¿Qué te aprovecha el creer en todas estas cosas? Pregunta el viejo catecismo de Heidelberg, y la respuesta afirma: Que delante de Dios soy justo en Jesucristo, y heredero de la vida eterna.
Esta firme confianza es el sustento de la vida, la fuerza para vivirla en el poder del resucitado, y la esperanza un futuro en el que los beneficios de la cruz y la tumba vacía alcancen a toda la creación.
Escrito por Julio Martínez en Madrid el 22 de Enero de 2020 ·.·★ La lectura de estas 872 palabras podría tomar 4 minutos