El rock místico de Lenny Kravitz en Madrid

Surgió de la nada, un buen día, en 1989. Grabó su primer disco prácticamente solo, tocando casi todos los instrumentos. Lo tituló, Deja que reine el amor. En él muestra un discurso claramente revisionista, marcando unas directrices a las que ha seguido siendo fiel desde entonces. Lo suyo es un rock clásico, que nunca ha pretendido ser original. Ha sido compositor, músico, productor o arreglistas de personajes como David Bowie o Madonna, y es un referente de la moda juvenil con su peculiar estética afro-retro-hippy-chic, que reivindica los prototipos de los años setenta. Pero cada vez habla más de Dios y Jesucristo, ¿qué hay detrás de sus palabras?.

En el barrio francés de Nueva Orleans, Kravitz tiene su casa-santuario, donde vive rodeado de las reliquias de sus ídolos, como los pantalones de Jimmy Hendrix, o a un altar lleno de cruces de metal, imágenes de Cristo, y velas que enciende cada día. Tiene hasta un gigantesco crucifijo de madera presidiendo el baño. ′En todos mis discos he hablado de Dios, de una forma u otra′, dice. Ya que piensa: ′creo que el rock debe ascender a un nivel más alto, más espiritual′. Hijo de un judío ruso y una afroamericana, Kravitz ha necesitado siempre la religión, creer en algo que no pueda ser creado o destruido, cuyos sueños ha perseguido desde los 5 años.

′Siento que mi vida ha sido un circo′, se lamenta, ′como una película de Fellini′. Kravitz dice ahora: ′he descubierto que la fama no me llena′. Es como el personaje de su disco Circus, la estrella de rock que ha tenido todo, y una noche en mitad de una orgía tiene una visión que le muestra la realidad de su vida. Ya el éxito ′no me satisface tanto como desarrollar mi vida espiritual′. Por eso dice: ′prefiero estar cerca de Dios que en el número uno de Billboard′ (la lista de los grandes éxitos de ventas). Se va por eso a las Bahamas, donde tiene una casa-estudio, con su huerto para comida orgánica y la compañía de su familia. ′Estados Unidos llega a abrumarme′, ya que para el ′la degradación de la vida′ allí ′es demasiado visible′.

′No podía enfrentarme a la idea de la muerte′, dice Kravitz, ′que nacemos, morimos, y eso es todo′. Para él, ′esto no tenía sentido′. Así es como empezó a creer en la inmortalidad del alma. ′Cuando tenía 13 años un chico comenzó a hablarme, su padre era pastor′. Recuerda que ′empezó a contarme sobre Dios y Cristo, y entonces tuve el sentimiento de que lo que estaba oyendo era la verdad′. La religión ha permeado toda su vida, a pesar del sexo y las drogas. Ha habido por eso muchos rumores sobre su cristianismo, sobre todo a partir de su canción Más allá del 7º cielo. En ella habla de ir a un lugar donde nace la vida, y Jesucristo nació. Pero ¿dónde está ese sitio?. Según Kravitz, ′donde no hay principio ni fin′, porque ′el espíritu es eterno′.

La revista Rolling Stone le preguntó el año 95 si había ′nacido de nuevo′. Su respuesta fue: ′Yo creo en Cristo, pero no soy de alguna iglesia en particular′. Kravitz dice: ′Me gusta tener una relación completamente personal con Dios′. Es uno de los que piensa que ′no necesitas ir a un altar, o a una iglesia para adorarle′. Aclara: ′eso no quiere decir que haya algo malo en la iglesia′. Pero ′sí con muchas′, dice riendo. Ha estado algunas veces en una que hay en el Times Square de Nueva York, donde ha vuelto a predicar David Wilkerson, después de su fama con La cruz y el puñal. Allí le llevó un amigo. Le gustó, y dice que ′la doctrina parece que era correcta′. Lo que no sabemos es si su fe va más allá que la declaración de su tatuaje: ′mi corazón pertenece a Jesucristo′. ′Pero esperamos que su amor le dure algo más que sus muchos ligues!.